El tejo

El tejo (Taxus baccata L.) es un árbol con un enorme valor cultural, natural y científico, único en muchos aspectos; es de gran longevidad, crecimiento muy lento y madera elástica y resistente. Fueron los griegos quienes pusieron al tejo el nombre de Taxus, término que puede hacer referencia a dos aspectos importantes de este árbol: por una parte, taxón significa arco y, por el otro, toxikon equivale a veneno.

Taxus baccata L. es la única especie y género de la familia Taxaceae presente en la flora española, no existiendo posibilidad de confusión con especies próximas a ella.
 
Taxón Nombre Científico
Reino Plantae
Filo o división Pinophyta
Subdivisión Espermatofitas
Clase Gimnosperma Taxopsida
Orden Taxales
Familia Taxaceae
Género Taxus
Especie Taxus baccata


Es un árbol de mediana altura, siempreverde, no resinoso que no suele pasar de 10 metros de talla, aunque puede alcanzar hasta los 15-20 metros. El tronco de corteza pardo-grisácea, rojiza interiormente, desprendiéndose en láminas alargadas o placas irregulares; generalmente es corto y puede alcanzar un gran grosor. La copa suele ser muy ancha o cónica, con ramas muy numerosas, largas y flexibles, gruesas, patentes u horizontales. Tiene ramillas extendidas o colgantes, angulosas y emite brotes en tronco y ramas en todas las edades, al desarrollarse gran cantidad de yemas durmientes, lo que da lugar a la ramificación enmarañada y confusa con que suele encontrarse.



De hoja persistente, esparcidas, insertas helicoidalmente en las ramillas, tienen un color verde intenso y oscuro por el haz, más pálidas en el envés y viven unos ocho años.

La semilla es oval oblonga, cortamente apuntada, rodeada por el disco acrescente, abierto en la parte superior, primeramente verde y a la madurez rojo escarlata o coral, carnoso, suculento, con un jugo mucilaginoso, azucarado. El conjunto de la semilla y arilo tiene la apariencia de un fruto drupáceo, globoso, algo comprimido lateralmente,

Se trata de una planta muy tóxica, por contener el alcaloide taxina, que solo falta en la envoltura carnosa de la semilla para posibilitar su dispersión por las aves.

Su crecimiento es muy lento y puede alcanzar enorme longevidad.

ECOLOGÍA

Prefiere lugares frescos y húmedos, barrancos umbríos y vaguadas de suelo profundo, abundando más en montaña que en llano, resiste bien el frío y necesita cierto grado mínimo de humedad en ambiente y suelo. En Marruecos, por ejemplo, sobrepasa los 2000 metros de altitud.

Suele encontrarse salpicado en robledales, encinares, quejigares, hayedos, pinares, abetares, pinsapares y cedrales; y es frecuente compañero de arces, acebos, sabinas y otras especies de análogas exigencias, Aunque no forma bosques.

FLORACIÓN Y MADURACIÓN DE FRUTOS

Florece a finales de invierno o en los comienzos de la primavera. Los frutos maduran a finales de verano o en el otoño del mismo año. La floración de los tejos se produce con regularidad y los pies femeninos fructifican todos los años, siempre que se no encuentren muy aislados de los masculinos. Esta  producción de frutos regular suele darse a partir de los 20-50 años de edad.

DISPERSIÓN

Las principales dispersantes son las aves frugívoras, que pueden llegar a consumir el 94% el global de la producción.

Los pájaros de la familia Turdidae son grandes diseminadores. Especies como el zorzal común, el zorzal charlo, el zorzal alirrojo o los petirrojos se instalan en ocasiones en la época invernal en zonas cercanas a tejedas conformando una de las grandes redes de interacción mutua con un gran elenco de plantas de fruto carnoso asociadas a este tipo de hábitat. Son consumidores otros túrdidos, como el mirlo o el colirrojo tizón.

También son consumidoras de frutos de tejo aves de otras familias como son los arrendajos, los estorninos o la curruca cabecinegra , entre otros.

Además los zorros, jabalíes, garduñas, comadrejas, tejones, y otros mustélidos consumen los frutos de tejo, digiriendo solamente el arilo carnoso y expulsando la semilla junto con las heces. Esto contribuye a la dispersión de la especie, a preparar las semillas para su germinación al pasar por los jugos gástricos del estómago, inhibiéndolas del letargo que poseen.

Por otro lado, existen roedores depredadores de semillas que se alimentan del endospermo, prefiriendo las de tejo a las de otras especies asociadas al hábitat pero con cubiertas más leñosas y gruesas que les resultan energéticamente menos rentables como las de espinos y acebos.

También, liebres, conejos, lirones caretos, ardillas, y ratones silvestres depredan altos porcentajes de semillas del suelo y ramas con frutos accesibles. Dado que almacenan el alimento en diferentes zonas a modo de despensas, siempre hay grupos de semillas olvidadas otorgándoles una nueva opción de germinar en sitios aptos.

TOXICIDAD

Las hojas, ramillas y madera contienen un alcaloide tóxico denominado “taxina”. Sin embargo animales como los rumiantes pueden tolerar cierta dosis de este alcaloide.

El tejo tiene fama desde la antigüedad de emenagogo y narcótico.

USOS TRADICIONALES Y ACTUALES

Su madera es inodora, dura, compacta, tenaz, muy resistente, elástica e imputrescible, toma un bonito pulimento e imita muy bien el ébano. Antiguamente era la preferida para fabricar los arcos pero también la encontramos desde vigas o pilares hasta tallas finas como mangos de cuchillo, cucharas o piezas de instrumentos musicales. También se emplea en ornamentación
.
Pese a su toxicidad, las ramas de tejo se han utilizado como forraje para los rumiantes domésticos, al ser tolerantes a la taxina hasta cierto punto, aunque existen estudios donde se ha calculado las dosis orales letales para varias especies.

En la medicina tradicional también existen varias referencias al uso del tejo como enjuagues bucales para la extracción de piezas dentales, infusión de las hojas para la incontinencia urinaria, aplicación de corteza rebrotes para la curación de quemaduras, etc.

Hoy en día la utilidad más importante del tejo en la medicina es la extracción del taxol, utilizado para combatir varios tipos de cáncer.

No se puede olvidar mencionar el valor protector y espiritual que el tejo tiene en tantas zonas del país, especialmente en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Norte de Castilla y León.

TEJOS MONUMENTALES

Se conservan aún tejos de notables dimensiones, tanto en su área natural como en pueblos o cercanos a ellos, normalmente a partir del trasplante de ciertos ejemplares por parte del hombre desde sus montes de origen.

Así existen tejos monumentales como el “Teixo dos Sete Homes”, que crece en la parte alta de la “Devesa da Escrita", un bosque situado en las cercanías de Paderne do Courel, o el tejo de San Cristóbal de Valdueza (Ponferrada, León), situado junto a la ermita de este pueblo, entre muchos otros.

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